martes, 25 de mayo de 2021

El acto de ser mujer

 


Hoy después de varios intentos que siempre quedan relegados por mis múltiples ocupaciones, pude ver por fin y hasta el final, sin pausas apresuradas o llamados imperantes de mis hijos la película "nacida en 1982", si bien el libro difiere sustancialmente de la película (como suele suceder), que por cierto me costo uno y otro más encontrar una traducción decente de esta obra en castellano, la obra y la película tratan un tema recurrente en la cultura Coreana y que a mi me parece interesante, desde la visión de una occidental, el machismo. 

El machismo en su cultura es algo que sobrepasa a la cultura occidental moderna, donde nos decimos liberadas. pero,  seguimos sometidas a nuestro propios estigmas y tabús. Lo primero que recordé es mi paso por el hospital de perianto, cuando me encontraba embarazada, ahí conocí a muchas mujeres que en ese momentos nos encontrábamos en el inicio de nuestros 30, profesionistas, educadas, mujeres libres a mi razón de ver el mundo, sin embargo, cuando a muchas nos indicaban que firmáramos la hoja de permiso para realizarnos la ligaduras de trompas, muchas contestaban, tengo que pedirle permiso a mi pareja, yo las escuchaba perpleja, pedir permiso sobre tu cuerpo, entiendo que la planificación es algo en pareja, pero cuando tu vida esta amenazada, porque hay que señalar que todas ahí, sufríamos algún padecimiento o condición que condicionaba nuestros embarazos, por eso a mi se me hacia absurdo ver chicas, jóvenes con cuatro hijos, profesionista luchando por uno, y la mayoría elegía esperar la decisión unánime de su pareja. 

Recuerdo lo traumático e inesperado que fue mi parto, en medio de todo ese revuelo, llegaron dos residentes de ultimo año y me dieron la hoja para el consentimiento de mi ligadura,  con algo de burla me preguntaron si esperaba el consentimiento de mi esposo, con mirada serie tome la hoja y la firme, una de ellas me pidió disculpas, -Como todas nos dan la misma respuesta, pensamos que no diría algo similar, disculpe- ambas salieron muy apenadas, casualmente estas chicas estuvieron en mi cesárea, ambas muy atentas, despues me visitaron en la terapia, sí, estuve en terapia y sin ligadura, pues de los peligroso que fue mi parto, no se arriesgaron a ligarme, pero esa es otra historia. 

El punto es que el libro y la película cuestionan el rol de la mujer en la sociedad, como sutilmente somos estigmatizadas y relegadas por los hombres, definidas por roles en los cuales difícilmente podemos salir de ellos. 

Ser mujer es un reto, pero por qué debería de serlo, cuando era niña mi hermana y yo soñábamos con ser un día madres, por increíble que parezca era nuestro sueño, ser mamás y tener un restaurante. Ella se convirtió en enfermera, yo en bibliotecaria, ambas somos madres, de niñas, el peor temor de ambas, incluso en la adolescencia seguíamos compartiendo este sueño tan simple, el cual se hacia complejo, pues queríamos tener hijos, varones (un hombre no sufre), sin esposos, libres, llenas de anhelos. La recuerdo flaquita y endeble, yo rolliza y tosca, ambas tan diferentes, pero compartiendo el luchar diario en un mundo donde desde casa no se nos dio la oportunidad, que la buscamos fue diferente.

Ahora siendo madres y casadas, todo aquello que negamos, nos llena de golpe al ser madres, hace años que no veo a mi hermana y no se como lidie con sus hija, yo le enseño a Victoria que no hay distinción entre su padre y yo, pero diario lucho contra la corriente y esa sutileza entre hombres y mujeres, entre ser profesionista mujer, ser escuchada hasta por las propias mujeres, que tristemente veo somos las que más trabas nos ponemos, no tiramos, nos acosamos, nos violentamos y tenemos el cinismo de exigir aquello que no sabemos dar. 

Ser mujer deber ser lo mismo que ser hombre, pero aun no sé como enseñarle a mi hija que eso es posible. 



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